lunes, 21 de julio de 2008

DERROTA EN PERGAMINO

Newbery cayó 1 a 0 ante River
El buen empate ante Defensores en Salto y la goleada ante Racing de Pergamino siete días antes presagiaban que Jorge Newbery iba a seguir sumando y solidificando su presencia en el Cuatro Ligas. El rival estaba último, no había ganado, pero ayer se destapó y con golazo de Carlos Prado se dio un placer ante un rojinegro pálido, desconocido, que no pudo ni con el rival de turno, ni con las ráfagas de viento, ni contra sus propias limitaciones y, quizás, pecó de subestimar de algún modo a su adversario.
Con el viento a favor atacó Newbery en el comienzo del partido, y fue metiendo a River en su arco, generándole algunos dolores de cabeza, como un cabezazo de Verona que encontró buena respuesta de Petit o algún disparo de media distancia. Pero nada serie, sólo insinuaciones. Pero de a poco la labor del equipo de Barrett se fue desluciendo y, salvo algunos chispazos de Ariel Martínez y Candia, era poco lo rescatable. River, en cambio, emparejó el partido, se mostró confiable en defensa y en el medio de la cancha metió y metió, no dejándole a los rojenses hacer lo que mejor le funciona: la circulación del balón.
Y River fue precisamente quien generó las únicas dos acciones peligrosas del primer período: en la primera Juárez tardó un siglo en definir ante Rocca y en la segunda el arquero le ahogó el grito a Marcos García.
NO REACCIONA Y SE LO GANAN
En el segundo tiempo, de movida nomás, Favale combinó con Manuale y éste estuvo cerca de anotar, fallando en la puntada final. Era una tibia reacción tras 45 minutos pobres. Ya estaba en la cancha Marcos Ubino en reemplazado de Ezequiel Rossi, buscando Newbery más poder ofensivo. El viento calmó un poco, pero tampoco fue la solución, porque el fútbol no apareció nunca.
Y River, equipo modesto si los hay, se dio cuenta que era su tarde, que podía dar el golpe. A los 2 minutos Rocca se debió esforzar para desviar un remate de Prado, sobre los 11 “Toto” tapó a medias una incursión de Marcos García y en el rebote, increíblemente, se lo perdió Prado. Había más: otra vez Prado, a los 12, reventó el travesaño tras tocar con sutileza tras la humanidad del arquero de Newbery. Y la justicia se hizo presente a los 20, cuando River (que era más ante un adversario sin reacción) encontró el golazo de 25 metros de su mejor jugador, Carlos Prado, que sacó un zapatazo tremendo para dejar sin chances a Rocca. 1 a 0.
Newbery recibía un mazazo, de males diez minutos después se quedó con un jugador menos por la expulsión de Ignacio Favale. ¿Hubo reacción?: prácticamente nada, de hecho el equipo rojense no generó ninguna acción de riesgo sobre el arco de Petit, no sólo en estos minutos finales, sino en todo el juego. El ingreso de Davio tampoco le aportó demasiado, y sólo el orden de Cristian Ford, la solidez del Pato Martínez y poco más para rescatar en el tramo final del partido. River lo ganó con garra y corazón, siendo inteligente en cortarle los circuitos al adversario y encontrar en Prado a un iluminado. Newbery deberá olvidarse rápidamente de esta derrota, de esta tarde gris, y reordenar su futuro. Algo está claro: el rojinegro de ayer no es el verdadero. (Comentario de Fabricio Cavalcabue para el semanario "Tiempo Deportivo")

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